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lunes, 15 de octubre de 2012

Historia De Un Joven Artista. (Primera Parte)







Hubo una vez un joven, un gran soñador y muy inteligente, al que le gustaba leer, escribir y disfrutar de las cosas buenas que la vida día tras día tenía para ofrecerle.


Una vez, salió a las calles de su pueblo a divagar un momento en sus pensamientos, en un momento dado llegó a un mercado y se encontró con unas pequeñas figuras plásticas, tenían diversas formas, planetas, cometas, lunas, estrellas, soles, y cuantas más figuras se pudiese imaginar, decidió que, con el poco dinero que tenía en sus bolsillos, compraría algunas para acomodar en el vasto techo de su gran habitación.

Al llegar a su cuarto se dedicó horas enteras a ordenar con un patrón sus nuevas figuras, las ordenaba en cuadrado, en círculo, concéntricas, en forma de elipse, en rombo, en espiral... Pero se dio cuenta de que su techo era demasiado grande para tan pocas figuras, así que se dedicó a ahorrar lo que le daban sus padres diariamente para comprar dulces o libros, y así poco a poco ahorró el dinero suficiente para comprar una cantidad muy grande de estas extrañas pero hermosas figuras.


Pudo, después, dar rienda suelta a su imaginación, buscando la forma de poderlas acomodar con tal perfección que se sintiera orgulloso de su creación, así que volvió a tomar las formas con las que quería organizar sus pequeñas y hermosas figuras extrañas, poniendo un planeta por acá, una estrella por allá, un cometa un poco más cerca, un sol un poco más lejos...


Todos los días, al finalizar su jornada, se acostaba en el suelo y se dormía mirando su creación, tantas pequeñas figuras como era posible imaginar, estaban organizadas en formas tan hermosas que cualquier otra persona, más sensata por cierto, hubiera estado feliz de haber logrado y, de paso, se hubiera sentido orgullosa también. Pero no, no este muchacho, inquieto como él solo, dedicaba días enteros, desde el alba hasta el anochecer, tratando de lograr la perfección en lo que quería, y cada noche se dedicaba a pensar en cómo podría organizar aquellas pequeñas figuras de nuevo, de forma que fuera perfecto a la vista de cualquier observador.


Una mañana despertó y se dio cuenta de que había llevado su paciencia y su obsesión al máximo, pero no le importó, ansioso comenzó a desorganizar con rabia todo lo que había hecho durante tanto tiempo, las pequeñas figuras bailaban por doquier en el techo de su gran habitación, después de durar un día entero desahogándose con su creación, se acostó a dormir, y se dio cuenta, al mirar hacia arriba, de que su techo era la cosa más hermosa que hubiese visto algún día, era algo de lo que se podía sentir orgulloso con todo su corazón, y en ese gran caos que había creado, había encontrado todo lo que buscaba con tanto esmero: la perfección.

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1 comentario:

  1. Tienes una manera muy bonita de escribir, transmitir sensaciones y sentimientos, esta super full la historia de ese joven soñador, artista q vive la vida al maximo ...
    exitos y un abracito

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