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Aún y con su maravillosa historia
de aquel avaro, no entendía el significado de su metamorfosis, así que volví a
preguntar:
-Yo entiendo que los avaros al
igual que todos están destinados a morir y después de un proceso de degradación
de sus carnes quedan hechos calaveras, pero, ¿por qué tú?.
Volví mi cabeza hacia mi no muy
agraciada compañera esperando alguna respuesta. Soltó una carcajada tan
graciosa y a la vez tan horrenda, que hizo que unos pájaros que descansaban en
las ramas superiores de árbol escaparan en bandada.
- Es algo simbólico -dijo-,
Si yo hubiera sido un gran sabio, después de haberme ganado el respeto de
comunidades enteras, nada hubiera podido salvarme de mi inevitable final.
¡Todos terminan en esto! Así tengas todo el dinero del mundo, así seas el más
miserable de los miserables, así seas el más ilustre o el más ignorante de los
seres de esta tierra, terminarás en esto. Como decía el autor Julio Flores: El
hombre nace y llora y llora, y el llanto su faz deslíe, ¡se muere el hombre y
entonces la calavera se ríe!, ¿no se te hace irónico? Aquel hombre, por
ejemplo, jamás rió porque se dedicó a conseguir dinero, y toda su vida giraba
en torno a sus monedas doradas, sufría noche y día, nunca tuvo paz, y míralo
ahora que no es nada: ¡tiene una gran sonrisa en lo que le queda de cara!.
Imagínate ahora al emperador Shah Jahan de la India, quien hizo construir el
majestuoso Taj Mahal, mandó al final de la construcción quitarle las manos a
todos quienes habían participado en esta y al desgraciado arquitecto le quitó
los ojos argumentando que “no debían concebir jamás algo de igual belleza”,
este castillo era un monumento a su mujer predilecta, quien murió antes de finalizar
esta obra de arte, y la enterró debajo de esta. Al morir él se hizo enterrar
junto a su mujer, mientras que al resto del harem las enterró en las afueras de
su castillo en unas construcciones menos imponentes. ¿Crees que por el hecho de
haber quedado mancos ahora mismo todos los obreros no estarán riendo bajo la
tierra? ¿Crees que el emperador y su mujer no estarán riendo uno junto al otro
en este mismo instante? Y qué me dices del talentoso arquitecto, a pesar de
haber perdido los ojos en vida, ¿no estará sonriendo en este momento a pesar de
haber sido degradado por su enorme sentido de la belleza? La calavera es el
noble final de todo ser vivo, es la ironía de la vida cuando esta falta. Yo
solo estoy convertido en calavera porque pretendo mostrarles a todos que no
basta ser sabio, ni rico, ni esbelto ni nada de esas cosas que les manda la
sociedad, porque al fin y al cabo todos serán como yo algún día. El hecho de
saber vivir la vida hará que esta sonrisa natural al final de tu tiempo valga
la pena.”
Ver el inevitable final de la
vida reflejado en esta entidad extraña solo me puso a reflexionar, y mi
insaciable apetito de preguntas se convirtió en unas cuantas, las cuales no
tardé en hacerle saber a aquella sabia e irónica calavera:
-Ahora que me has hablado tanto
de la vida y de la sonrisa de la muerte, ¿Cuál es, entonces, la mejor manera de
vivir la vida para que esta valga la pena? ¿Cómo podríamos como seres vivos
disfrutar al máximo de nuestro tiempo en la tierra? Porque hay varias cosas que
hacen valer la vida, pero, ¿cuál es la clave para que en el último de nuestros
suspiros logremos decir “He vivido una buena vida, como una buena copa del
mejor vino, y ha valido la pena de inicio a fin?-
En ese momento un fuerte viento
empezó a soplar desde donde alumbraba el sol, todas las hojas se levantaron del
suelo formando un torbellino de hermosos colores que se entremezclaban con el
azul del cielo de la tarde y el verde del pasto, la calavera entonces se empezó
a deshacer en mi mano,
-Esa es, muchacho, la pregunta
correcta - me dijo-, el único que puede decidir si tu vida es una copa del
mejor vino o un simple vaso con agua sucia eres tú.
Ya faltaba muy poco para que se
acabara de deshacer totalmente cuando pronunció la última frase que le oí a
este extraordinario ser.
-“Libertad, esa parece ser la respuesta correcta”-. Al pronunciar esto, quedó reducida a un pequeño montón de cenizas que fue arrastrado por el fuerte y misterioso viento que, así como apareció, súbitamente desapareció.
-“Libertad, esa parece ser la respuesta correcta”-. Al pronunciar esto, quedó reducida a un pequeño montón de cenizas que fue arrastrado por el fuerte y misterioso viento que, así como apareció, súbitamente desapareció.
Una hoja que se balanceaba en la punta de una de las ramas de
aquel árbol dejó caer una gota de agua sobre mi frente, me desperté muy agitado
y giré la cabeza hacia todos lados, pero solo podía ver hojas caídas, pasto
verde y húmedo, árboles inmensos y muy bien poblados de las más verdes y
frondosas ramas, pequeños arbustos con algunas pequeñas gotas de agua adornando
sus hojas, un cielo azul con algunas nubes difuminadas en él y al fondo, las
tétricas edificaciones que me habían dado la bienvenida. En todo el lugar
dominaban los sonidos de las hojas chocando entre sí como si fuera una gran
tormenta y el agua golpeara furiosamente el suelo, los pájaros cantaban con sus
característicos sonidos a una tarde que ya se escapaba por el horizonte, y en
medio de todo esto aún me sentía agitado. Me levanté y busqué la extraña bolsa
negra por todos lados sin encontrar nada, miré mi mano en busca de cualquier
rastro de ceniza en ella, pero estaba tan limpia como cuando llegué, salvo
algún trozo de pasto, no tenía absolutamente nada. Todo fue un sueño
simplemente, aunque la calavera de aquel hombre avaro si estaba en el mismo
lugar donde la había visto… Y las ideas, y las leyendas, y los tesoros, todas
estaban aún en mi mente, así como las respuestas, y la única pregunta que no
tiene una única solución.
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